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Voces Montessori

Educar o escolarizar

  • Foto del escritor: Maria del Coral Ruiz Argüelles
    Maria del Coral Ruiz Argüelles
  • 7 mar
  • 4 Min. de lectura


Educar y escolarizar son conceptos diferentes: educar se refiere a formar a una persona en valores, derechos y obligaciones, mientras que escolarizar es el proceso de acceder a la escuela para recibir la enseñanza obligatoria es decir una cierta cantidad de información acordada por la sociedad.

La diferencia entre educar y escolarizar es un tema fascinante y profundo. Educar es un proceso amplio y continuo que abarca el desarrollo integral de una persona. No se limita a la adquisición de conocimientos académicos, sino que también incluye valores, habilidades sociales, emocionales y éticas. La educación puede ocurrir en cualquier contexto ya que es un proceso que dura toda la vida y que busca formar individuos completos y responsables.

La escolarización, por otro lado, se refiere específicamente al proceso de asistir a una institución educativa formal, como una escuela, donde se sigue un currículo estructurado. La escolarización se centra en la enseñanza de materias académicas y en la preparación para exámenes y certificaciones. Es una parte importante de la educación, pero no la abarca en su totalidad. Ambos procesos son esenciales y complementarios.

El método Montessori considerando esta dualidad propone un enfoque único en el que la escolarización es consecuencia de una educación integral basada en el desarrollo natural de los niños, en sus intereses y necesidades que se satisfacen cabalmente en un ambiente preparado que promueve paralelamente la independencia, la creatividad, la responsabilidad y el respeto.

La educación Montessori reconoce la existencia de un enorme potencial humano que debe transformarse en las habilidades necesarias para adaptarse plenamente al ambiente en el que ha nacido y desarrollarse; lenguaje, movimientos, creencias, usos, costumbres, conocimientos y habilidades socioemocionales se desdoblan en los primeros años de la vida.

La propuesta Montessori ofrece a los niños un ambiente de vida que les permitirá desarrollarse y adquirir los conocimientos requeridos de manera simultánea y natural.  Esta oferta no limita la educación a una simple escolarización tradicional que ha forzado a las familias de un millón y medio de niños en los últimos ocho años, a abandonar las aulas tradicionales.

Las familias han descubierto que las prácticas tradicionales de la educación no responden a las necesidades, intereses y habilidades individuales de sus hijos y que la presión excesiva que se ejerce en los chicos para la consecución de expectativas generales establecidas margina con frecuencia a algunos de ellos pues no se considera la individualidad del ser humano y se altera su desarrollo.

Este núcleo familiar muestra, a nivel mundial, una tendencia, especialmente después de la pandemia de COVID, a buscar un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal que modifica de raíz su concepción. Se descubre la importancia de la familia, que enfatiza Montessori, en la formación de los hijos y el valor incalculable de la relación padres-hijos.

Los programas curriculares establecidos y las formas de enseñanza tradicionales aplicadas obstaculizan el aprendizaje personal a través de la exploración interesada, la creatividad, las habilidades sociales espontáneas y el reconocimiento personal de capacidades y limitaciones, como base de la autoestima.   

 

Enseñanza y aprendizaje comprendidas como dos actividades diferentes son esenciales en el enfoque Montessori de la educación. La primera como una actividad que el educador ofrece al niño y la segunda como un trabajo personal del niño para obtener el conocimiento.

Cuando nos referimos a la enseñanza, la responsabilidad de la transmisión del conocimiento y su aprendizaje, recae en el adulto quien debe atraer la atención del estudiante para que él aprenda. La responsabilidad del alumno se limita a escuchar al adulto y luego repetir lo que dijo. La evaluación está a cargo del docente y el éxito depende exclusivamente de su capacidad de reproducir.

En esta segunda actividad, el aprendizaje se convierte en responsabilidad del niño, de su esfuerzo y  su trabajo. La evaluación externa se transforma en una autoevaluación que permite al estudiante hacer lo necesario para aprender y cumplir con su compromiso. El aprendizaje le exige al estudiante ser creativo e ingenioso para lograr el propósito.

En una afirmación simple la Educación Montessori da prioridad al ser sobre el saber: “Primero que sea y luego que lea” A. Escamilla

“Es el niño que aprende solo no es el maestro quien enseña”

Maria, Montessori

Nuestra tarea como educadores es observar la naturaleza del niño, detectar sus intereses, sus habilidades y ofrecer en el ambiente las experiencias de vida para que se desarrolle y aprenda.

Empatar habilidad e interés con la actividad adecuada llevará al niño a concentrarse y formarse. Ofrecerle en el Ambiente Montessori esta “Experiencia Óptima” que busca la Teoría del Flujo de Mihaly Csikszentmihalyi y que no es otra cosa que la “Normalización” de la que nos habla la Dra. Montessori.

Conocedores de los beneficios del enfoque Montessori a la educación y de la necesidad de una educación respetuosa de la naturaleza y del desarrollo humano, ¿Qué tanto nuestras creencias,    las presiones externas de personas ignorantes o menos convencidas del potencial del niño  que destaca Montessori evitan que ofrezcamos a los niños lo que necesitan ellos y no nosotros?

¿Qué tanto las expectativas de padres y autoridades impiden la práctica adecuada de los principios Montessori?


Pongamos en el centro de nuestro quehacer educativo al niño, seamos aliados, intérpretes  y guías en su desarrollo, no lo traicionemos por satisfacer intereses externos desinformados.

“La estructura de la educación debe estar basada en los siguientes hechos:

  • Que la alegría del niño está en lograr cosas buenas para su edad.

  • Que la satisfacción real de un niño es hacer el máximo esfuerzo en la tarea que realice,

  • Que la felicidad consiste en una actividad bien dirigida del cuerpo y la mente de una manera excelente

  • Que la fuerza de la mente, el cuerpo y el espíritu es adquirida por el ejercicio y la experiencia

  • Que la verdadera libertad tiene como objetivo el servicio a la sociedad y a la humanidad consistente con el progreso y la felicidad del individuo”

 

Maria Montessori.

 
 
 

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