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Ayudas al desarrollo de funciones ejecutivas en los primeros
3 años de vida
Alejandra Rosas
Ayudas al desarrollo de funciones ejecutivas en los
primeros años 3 años de vida.
Todos los papás queremos lo mejor para nuestros hijos y, por lo tanto, muchas veces caemos en la tentación de seguir nuevas tendencias sociales que dictan que debemos inscribir a los hijos en una infinidad de clases extracurriculares. Sin embargo, el desarrollo pleno no depende de estas actividades ni del gasto excesivo de dinero; el secreto está en las actividades del día a día que se realizan en el hogar y en nuestros ambientes Montessori.
A través de actividades de la vida diaria que hacemos para cuidarnos a nosotros mismos y a nuestro ambiente, el niño absorbe su cultura y se adapta a ella. Aprende la forma en que se hacen las cosas en su entorno y gradualmente se convierte en un colaborador activo que hace las cosas por sí mismo, para su beneficio y el de su comunidad. Una de las razones por las que esto es posible es porque, en las actividades que realizamos todos los días en casa, tu hijo, además de convivir contigo, desarrolla habilidades cognitivas complejas que gradualmente lo llevan a ser dueño de sus pensamientos, impulsos y decisiones.
Estas habilidades cognitivas complejas son conocidas como funciones ejecutivas o procesos mentales superiores que nos ayudan a planear, controlar nuestros pensamientos, emociones y comportamientos, para adaptarnos a distintos entornos o situaciones, alcanzar metas y desarrollar pensamiento crítico.
Hay cada vez más evidencia de que las funciones ejecutivas como la toma de decisiones, y nuestra habilidad para inhibir impulsos, son mayores predictores de nuestro éxito en la vida que los exámenes de coeficiente intelectual.
Entonces, ¿cómo es que las actividades de la vida diaria
ayudan en este desarrollo?
Existen tres funciones ejecutivas que sirven como cimiento para todas las demás. Estas son la memoria de trabajo, inhibición de impulsos y flexibilidad cognitiva. Los niños no nacen con estas habilidades, nacen con la posibilidad de desarrollarlas.
Nuestra habilidad de autocontrol, por ejemplo, comienza a desarrollarse en los primeros años de vida, incluso durante los primeros meses, pero no es establece completamente sino hasta después de la adolescencia y principios de la edad adulta. Esta habilidad nos permite suprimir el impulso de abandonar una tarea, sobre todo después de fallar, y continuar trabajando hacia la meta sin darnos por vencidos. Si bien es cierto que esta habilidad es en parte genética y que madura naturalmente con la edad, las experiencias en el ambiente en donde el niño puede practicarla lo ayudan a fortalecerla y desarrollarla exponencialmente.
Lo mismo sucede con la memoria de trabajo y la flexibilidad cognitiva. Ambas maduran al tener experiencias en el ambiente en donde repetidamente se requiere utilizarlas. La memoria de trabajo es la habilidad de retener información en nuestra mente mientras trabajamos en una tarea, por ejemplo, seguir la secuencia de pasos necesaria para pelar y rebanar un huevo. Y la flexibilidad cognitiva que es nuestra capacidad para cambiar el foco de nuestra atención de forma flexible para ajustarnos a situaciones inesperadas, por ejemplo, saber que podemos resolver el mismo problema usando distintas estrategias, de acuerdo con las circunstancias. En los niños esta habilidad predice que tan rápido aprenderá a leer, resolver problemas de matemáticas y tener en general mayor éxito académico.
Estas tres habilidades cognitivas (memoria de trabajo, flexibilidad cognitiva e inhibición de impulsos), ayudan a los pequeños y eventualmente a los adultos a planear, priorizar, persistir en una tarea, aunque se encuentren obstáculos, autorregularse y ajustarse a las exigencias que surgen en el camino; finalmente a tener éxito en lo que nos propongamos hacer. Por ejemplo, ser capaz resolver problemas de matemáticas usando distintas estrategias, entrenar para una competencia sin desistir, completar un proyecto difícil en la escuela, aunque tengamos ganas de ir a una fiesta y se nos haya acabado el material necesario para completarlo, o decidir permanecer en un trabajo retador porque sabemos que nos llevará a una promoción de puesto y a una mejor calidad de vida.
Cuando un niño realiza una actividad de la vida diaria como preparar un menú, cocinar o lavar los trastes, pone en práctica sus crecientes habilidades cognitivas. Por ejemplo, al lavar los trastes, el niño deberá memorizar y seguir una secuencia larga de pasos para tener éxito (memoria de trabajo), deberá ajustarse a situaciones inesperadas para resolver problemas. Por ejemplo, si puso demasiado jabón, deberá encontrar la forma de enjuagar los trastes, a pesar de esto. Esta es una muestra de flexibilidad cognitiva, y finalmente, aunque tenga prisa por terminar, deberá caminar despacio para no tirar el agua al transportar una cubeta. Esto demuestra inhibición de impulsos. Con repetición y práctica, cada vez regulará más sus impulsos para no echar tanto jabón o tirar el agua, tomará decisiones para lograr una forma más eficaz de lavar los platos, y aplicará su conocimiento para lavar distintos platos dependiendo de su tamaño y suciedad. Todo esto requiere utilizar distintas funciones ejecutivas que eventualmente lo llevarán a tener pensamiento crítico, lo cual es un gran regalo para nuestros hijos.
Es importante que estas experiencias le ofrezcan al niño la posibilidad de dirigir sus propias acciones, por lo que el adulto debe ser capaz de conectar al niño con la actividad, y retirase para permitirle que explore, cometa errores, tome decisiones para resolverlos y dirija su atención para regular sus impulsos y completar la actividad con éxito. La intervención continua del adulto frena la posibilidad de desarrollar estas habilidades. Con niños un poco más grandes, y ya que la actividad se haya completado, el adulto puede promover la reflexión de cómo se han realizado las cosas y buscar nuevas formas de hacerlo la siguiente vez. Pero todo debe provenir del niño, no del adulto. Esta reflexión ayuda directamente al desarrollo de flexibilidad cognitiva.
Además de estas actividades, es importante que los adultos modelen cómo autorregularse y lidiar con el estrés de forma exitosa. Los niños en los primeros años de vida aprenden de las personas que los rodean y hacen suyas estas experiencias.
Y finalmente, experiencias compartidas que fomenten el juego creativo y la conexión social, como conversar, leer libros, armar rompecabezas en familia y juegos de mesa para pequeños. Todas estas experiencias en conjunto son sin duda la mejor forma de ayudar a tu hijo a desarrollar sus funciones ejecutivas desde pequeño. Recuerda que las experiencias tempranas ayudan a construir los cimientos de la personalidad de tu hijo, lo que contribuye a su bienestar y felicidad.
Alejandra Rosas
Alejandra Rosas es Entrenadora AMI de Comunidad Infantil y Nido, y directora de Capacitación en el Instituto Montessori Stoppani en Tijuana y San Diego, California. Alejandra ha sido parte de la comunidad Montessori por más de 30 años. Además de ser formadora AMI de 0-3, Alejandra es Guía Casa de los Niños y ha trabajado en ambos niveles, colaborando con innumerables niños pequeños y sus familias.
Alejandra es Licenciada en Educación preescolar, Puericultora y Maestra en Educación. Forma parte del Grupo de Pedagogía Científica AMI y del comité de consultoras AMI en Estados Unidos. Actualmente también trabaja a nivel internacional ofreciendo cursos de guías, talleres para padres y administradores escolares, además de desempeñarse como examinadora y consultora para AMI a nivel internacional.

Montessori dentro de prisiones en México
Eder Cuevas
¿Te imaginas cómo es vivir dentro de una prisión los primeros tres años de vida?
La legislación del sistema penitenciario en México permite a las madres privadas de su libertad tener a sus hijos de hasta los tres años de edad viviendo con ellas. Después de este periodo, familiares de los niños deben tenerlos viviendo con ellos y si esto no es posible, el gobierno es responsable de encontrar el mejor lugar para ellos.
En Montessori reconocemos que la educación adecuada depende fundamentalmente de un ambiente adecuado. Por ello, Montessori México (sociedad afiliada a la Asociación Montessori Internacional) a través de Horme, la red para la creación y desarrollo de programas sociales Montessori, une esfuerzos con diversas organizaciones para crear ambientes preparados dentro de los centros penitenciarios. Esto permite brindar la oportunidad de experimentar la educación Montessori a niños de cero a tres años, sabedores de que esta es la etapa trascendental del desarrollo de la personalidad del ser humano.
Los penales de Mazatlán y Chihuahua son las dos primeras experiencias donde creamos comunidades centradas en los niños con un resultado maravilloso. Después de dos años, más de veinte niños disfrutan de una educación para la vida.
Hemos logrado esto a través de alianzas con Origami Vida Interna AC, Colegio Montessori de Mazatlán y el Centro de entrenamiento AMI Montessori Stoppani donde once mujeres privadas de su libertad se enorgullecen de tener el curso de Orientación AMI 0-3 para dirigir los programas dentro de prisión.
Si creemos estrictamente que Montessori es sólo acerca de las escuelas, no será posible una reforma social. Montessori es una filosofía de vida; por lo tanto, no podemos limitarla a ser practicada sólo en las escuelas. Como dijo Mario Montessori: “Y si educativamente nos basamos en lo que es importante para la vida y el desarrollo, entonces la Educación Montessori siempre vivirá.”
Así como en la escuela los padres forman parte de su comunidad escolar, aquí en las prisiones la participación de las madres es necesaria para el éxito del programa. Trabajar con las madres implica trabajar en su propio autodesarrollo. Teniendo esto en cuenta, buscamos asegurar la continuidad de una manera más fluida y orgánica. El trabajo con las madres esta sustentando el cambio por la nueva mentalidad que se ha fomentado. Estamos observando una nueva perspectiva de la educación y por lo tanto de la vida, incluyendo a sus familias, y a las otras mujeres dentro de la prisión.
Somos testigos de un nuevo y hermoso viaje donde los niños están rodeados de libertad para explorar, con límites claros y coherentes y un ambiente lleno de amor y apoyo. Estos niños están sentando las bases de su independencia, con confianza en sí mismos y la autoestima que son tan fundamentales a esta edad. Esto es laborar para los cimientos de un cambio social, escribiendo una nueva historia para desarrollarse con bases más sólidas una vez que llegue su momento de salir de prisión. Se ha creado una comunidad alrededor del niño, lo que significa un rayo de esperanza para las comunidades desfavorecidas y con ello para la humanidad.
Estamos ante una nueva revolución de Montessori, con una forma de ayudar a la vida en situaciones adversas. Aprendiendo un número increíble de lecciones al entrar en las prisiones, donde la más importante está relacionada con la cita de María Montessori en Educación y Paz, “El niño es a la vez una esperanza y una promesa para la humanidad» y no importa donde nazcan, ustedes son especiales y merecen la oportunidad de encontrar su camino para contribuir con su misión cósmica personal al mundo”.
La aventura continúa, ya que estamos en planes para abrir programa en la prisión de Ciudad Juárez, buscando llegar a más y más niños que necesitan desarrollarse en un ambiente acorde a sus necesidades.
HOY es necesario entender aún más y con mayor claridad el mensaje de María Montessori y voltear con devoción a quien ella observó y de donde partió su método, el niño. El mundo necesita a MONTESSORI MÁS QUE NUNCA.

Educar o escolarizar
Maria del Coral Ruiz Argüelles
Educar y escolarizar son conceptos diferentes: educar se refiere a formar a una persona en valores, derechos y obligaciones, mientras que escolarizar es el proceso de acceder a la escuela para recibir la enseñanza obligatoria es decir una cierta cantidad de información acordada por la sociedad.
La diferencia entre educar y escolarizar es un tema fascinante y profundo. Educar es un proceso amplio y continuo que abarca el desarrollo integral de una persona. No se limita a la adquisición de conocimientos académicos, sino que también incluye valores, habilidades sociales, emocionales y éticas. La educación puede ocurrir en cualquier contexto ya que es un proceso que dura toda la vida y que busca formar individuos completos y responsables.
La escolarización, por otro lado, se refiere específicamente al proceso de asistir a una institución educativa formal, como una escuela, donde se sigue un currículo estructurado. La escolarización se centra en la enseñanza de materias académicas y en la preparación para exámenes y certificaciones. Es una parte importante de la educación, pero no la abarca en su totalidad. Ambos procesos son esenciales y complementarios.
El método Montessori considerando esta dualidad propone un enfoque único en el que la escolarización es consecuencia de una educación integral basada en el desarrollo natural de los niños, en sus intereses y necesidades que se satisfacen cabalmente en un ambiente preparado que promueve paralelamente la independencia, la creatividad, la responsabilidad y el respeto.
La educación Montessori reconoce la existencia de un enorme potencial humano que debe transformarse en las habilidades necesarias para adaptarse plenamente al ambiente en el que ha nacido y desarrollarse; lenguaje, movimientos, creencias, usos, costumbres, conocimientos y habilidades socioemocionales se desdoblan en los primeros años de la vida.
La propuesta Montessori ofrece a los niños un ambiente de vida que les permitirá desarrollarse y adquirir los conocimientos requeridos de manera simultánea y natural. Esta oferta no limita la educación a una simple escolarización tradicional que ha forzado a las familias de un millón y medio de niños en los últimos ocho años, a abandonar las aulas tradicionales.
Las familias han descubierto que las prácticas tradicionales de la educación no responden a las necesidades, intereses y habilidades individuales de sus hijos y que la presión excesiva que se ejerce en los chicos para la consecución de expectativas generales establecidas margina con frecuencia a algunos de ellos pues no se considera la individualidad del ser humano y se altera su desarrollo.
Este núcleo familiar muestra, a nivel mundial, una tendencia, especialmente después de la pandemia de COVID, a buscar un mayor equilibrio entre el trabajo y la vida personal que modifica de raíz su concepción. Se descubre la importancia de la familia, que enfatiza Montessori, en la formación de los hijos y el valor incalculable de la relación padres-hijos.
Los programas curriculares establecidos y las formas de enseñanza tradicionales aplicadas obstaculizan el aprendizaje personal a través de la exploración interesada, la creatividad, las habilidades sociales espontáneas y el reconocimiento personal de capacidades y limitaciones, como base de la autoestima.
Enseñanza y aprendizaje comprendidas como dos actividades diferentes son esenciales en el enfoque Montessori de la educación. La primera como una actividad que el educador ofrece al niño y la segunda como un trabajo personal del niño para obtener el conocimiento.
Cuando nos referimos a la enseñanza, la responsabilidad de la transmisión del conocimiento y su aprendizaje, recae en el adulto quien debe atraer la atención del estudiante para que él aprenda. La responsabilidad del alumno se limita a escuchar al adulto y luego repetir lo que dijo. La evaluación está a cargo del docente y el éxito depende exclusivamente de su capacidad de reproducir.
En esta segunda actividad, el aprendizaje se convierte en responsabilidad del niño, de su esfuerzo y su trabajo. La evaluación externa se transforma en una autoevaluación que permite al estudiante hacer lo necesario para aprender y cumplir con su compromiso. El aprendizaje le exige al estudiante ser creativo e ingenioso para lograr el propósito.
En una afirmación simple la Educación Montessori da prioridad al ser sobre el saber: “Primero que sea y luego que lea” A. Escamilla
“Es el niño que aprende solo no es el maestro quien enseña”
Maria, Montessori
Nuestra tarea como educadores es observar la naturaleza del niño, detectar sus intereses, sus habilidades y ofrecer en el ambiente las experiencias de vida para que se desarrolle y aprenda.
Empatar habilidad e interés con la actividad adecuada llevará al niño a concentrarse y formarse. Ofrecerle en el Ambiente Montessori esta “Experiencia Óptima” que busca la Teoría del Flujo de Mihaly Csikszentmihalyi y que no es otra cosa que la “Normalización” de la que nos habla la Dra. Montessori.
Conocedores de los beneficios del enfoque Montessori a la educación y de la necesidad de una educación respetuosa de la naturaleza y del desarrollo humano, ¿Qué tanto nuestras creencias, las presiones externas de personas ignorantes o menos convencidas del potencial del niño que destaca Montessori evitan que ofrezcamos a los niños lo que necesitan ellos y no nosotros?
¿Qué tanto las expectativas de padres y autoridades impiden la práctica adecuada de los principios Montessori?
Pongamos en el centro de nuestro quehacer educativo al niño, seamos aliados, intérpretes y guías en su desarrollo, no lo traicionemos por satisfacer intereses externos desinformados.
“La estructura de la educación debe estar basada en los siguientes hechos:
-
Que la alegría del niño está en lograr cosas buenas para su edad.
-
Que la satisfacción real de un niño es hacer el máximo esfuerzo en la tarea que realice,
-
Que la felicidad consiste en una actividad bien dirigida del cuerpo y la mente de una manera excelente
-
Que la fuerza de la mente, el cuerpo y el espíritu es adquirida por el ejercicio y la experiencia
-
Que la verdadera libertad tiene como objetivo el servicio a la sociedad y a la humanidad consistente con el progreso y la felicidad del individuo”
Maria Montessori.

Pasión… por nuestro hacer
Gabriela Ortega Esquivel
AMI Primary Trainer Formación Pedagógica Montessoriana
A propósito de una reflexión en la que me cuestioné sobre la importancia de trabajar con alegría, llegué a la conclusión de que lo expresaría más bien cómo trabajar con pasión...
La pasión va más allá de un momento alegre
la pasión envuelve todo tu ser
consciente e inconsciente sin
tiempo
se irradia
y llega a ser contagiosa.
¡Somos bendecidos quienes tenemos el privilegio de que nuestro trabajo nos apasione! En esta reflexión, comparto los siguientes aspectos que me parecen fundamentales para continuar en el camino de mejorar en nuestro hacer diario:
¿Pasión o conformismo?
Los niños sienten lo que les transmitimos. He tenido la oportunidad de observar a Guías Montessori apasionadas por su trabajo, y el sentir de su ambiente es distinto: lo respiras, percibes la energía, la actividad productiva, el ambiente solidario, participativo, incondicional y amoroso.
Debemos vivir la vida con pasión, trabajar con pasión y cultivar nuestro amor con pasión. Cuando ésta falta, empieza la resignación y el conformismo.
Somos servidores del niño
Ejercer con pasión nuestra labor eleva nuestro espíritu, porque guía nuestras acciones para producir, pensar y trabajar. La pasión es el impulso que te ayuda a alcanzar tu objetivo, es nuestra salvación y un signo de salud.
Se enseña con el ejemplo
Los niños absorben nuestras actitudes y conductas, y harán lo mismo, imitarán lo que ven: se trata de una absorción activa, minuciosa y constante.
María Montessori enfatizó muchas veces que la mejor preparación para la enseñanza es el estudio que parte del conocimiento constante de uno mismo, es la preparación que cada maestro deberá obtener.
“Debemos insistir en la necesidad de que el maestro se prepare interiormente, estudiándose a sí mismo con constancia metódica; es preciso que logre suprimir los defectos, intrínsecos en él, que serían un obstáculo en sus relaciones con los niños”[1].
Vivir intensamente
Yo creo que no es fácil encontrar y mantener la pasión en nuestras vidas (trabajo, familia, amigos), pero estamos obligados a enfocar y vivir intensamente lo que nos emociona e ilusiona... y que nuestro corazón, un corazón apasionado, guíe nuestro destino.
Isabel Allende nos dice que las personas simpáticas no son interesantes; sin embargo, aquellas que luchan apasionadamente —como lo hizo la doctora Montessori en relación a la defensa del niño, quien a pesar de la adversidad social que le tocó vivir como mujer en su tiempo obtuvo grandes logros— son las que trascienden.
La raíz significativa de la pasión
La palabra pasión viene del latín passio y del verbo pati, patior, que significa, sufrir, padecer, tolerar. Cuando descubrí su raíz me asombré, pues yo consideraba la pasión como algo positivo, profundo; después de reflexionar, llego a la conclusión de que en nuestro trayecto padecemos, sufrimos, pero en nuestras entrañas tenemos muy claro el objetivo y por lo tanto aceptamos, toleramos, nos adecuamos a las condiciones que se nos presentan buscando siempre la manera de alcanzar nuestro objetivo y al final del proceso viene el gozo...
¿Creatividad o Rutina?
Vivir con pasión es estar, cada día, abiertos a la sorpresa, al asombro, al descubrimiento... Ser un adulto creativo, que siempre ve lo positivo de la vida y que está en permanente recreación....
María Montessori nos dice:
“La Guía debe ser el espíritu de animación de la clase que despierta el interés mediante la enseñanza y le da sentido. Luego viene la libre elección y la repetición del ejercicio. El secreto es siempre presentar estas cosas de la manera más interesante posible y permitirle la libertad de escoger cuando el niño ha comprendido”.[3]
La Guía debe de pensar en su trabajo bajo tres ángulos:
El Niño,
El Adulto y
El Ambiente Preparado
Estos tres factores que interactúan unos con los otros, son la base de la Educación Montessori, si descuidas cualquier ángulo, no obtendrás el resultado deseado.
Debemos tener un AMOR REAL a los niños, ¿qué significa esto?,
-
Conocer al niño profundamente en su proceso de desarrollo, ayudarlo, servirlo, y respetarlo.
-
Prepararnos para ser mejores Guías, leyendo, estudiando, asistiendo a pláticas, congresos, cultivarnos permanentemente.
-
Tener un ambiente con todo lo necesario: materiales completos, bellos, atractivos, armoniosos, recuerda que cada detalle habla de ti.
Amar es un arte, como bien lo escribe Erick Fromm en su libro, para amar se requiere de
conocimiento y esfuerzo.
¿Qué tan congruentes somos con lo que decimos, sentimos y hacemos?
Congruencia, viene del latín coherencia o relación lógica. Se trata de una característica que se comprende a partir de un vínculo entre dos cosas o más.
.
¿Humildad o Soberbia?
La Guía debe ser humilde, como mencionó la Dra. Montessori, es una parte fundamental de nuestro trabajo, ella lo enfatiza cuando menciona que nosotros somos los sirvientes de los niños, no los amos.
Humildad viene de humus que significa tener los pies sobre la tierra.
La Dra. Montessori nos dice, que debemos luchar contra la soberbia, la ira y el orgullo, “pecados” que detienen nuestro autodesarrollo personal, profesional y espiritual.
Debemos aceptar la crítica fraterna ya que tiene un fondo de crítica constructiva, que nos ayuda a crecer y ser mejores educadores.
Sentido del Humor
Debemos tener sentido del humor, reírnos de nuestros errores, de nosotros mismos, mi Padre decía que el humor “es la chispa de la vida”.
En Montessori los errores son nuestros amigos, y debemos asegurarnos de que los niños se rían TODOS los días.
Generación LIGHT
Estamos viviendo en una sociedad “light”, ligera:
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Mínimo esfuerzo
-
Inconsistencia
-
Todo rápidito
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Valores éticos perdidos
-
Ausencia de afectos y compromisos
-
Materialismo como fundamento
-
Ambición sin principios, etc. etc.
A modo de eco, ¡que vibre en nuestro corazón!
La doctora Montessori nos pregunta: ¿Qué mundo queremos?
¡Pongámonos a trabajar apasionadamente para cambiar nuestro mundo!
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[1] “El Niño: el secreto de la infancia”.Editorial Diana, México, 1997, pág. 233.
[3] (María Montessori - Manuscrito Inédito, Londres, 1937)